Caso Odyssey: el expolio de un tesoro
- On 07/10/2011
- In Illegal Recoveries
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Intereconomia
Enésimo recurso del Odyssey para no devolver al tesoro a España rechazado. A los cazatesoros solo les queda el Supremo. Lo cuenta en ALBA Pedro García Luaces.
El Undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta (Estados Unidos) rechazó, el pasado día 21 de septiembre, el recurso interpuesto por la empresa Odyssey contra la sentencia de 2009 que resolvía a favor de los intereses españoles sobre la propiedad de las 594.000 monedas de oro y plata rescatadas del fondo marino.
A la empresa cazatesoros no le queda más salida que la elevación del caso al Supremo, un tribunal que no admite a trámite más que un pequeño porcentaje de los casos que recibe. Podría decirse que bien está lo que bien acaba, pero el periplo de Odyssey dejó un sinfín de decisiones controvertidas que pusieron de manifiesto la descoordinación entre Administraciones y una evidente pasividad en la gestión del suceso.
Según su versión oficial, la empresa Odyssey Marine Exploration Inc. llegó a las costas españolas en busca del barco británico HMS Sussex, hundido en 1694 por un vendaval cuando cargaba un botín destinado a comprar el apoyo de la Casa de Saboya en el conflicto que mantenían los Habsburgo con la Francia de Luis XIV.
Entre 2000 y 2006, la empresa cazatesoros pudo hacer una completa cartografía submarina de la zona, campando a sus anchas por aguas de jurisdicción española sin contar con más permiso que una autorización del Ministerio de Asuntos Exteriores –sin competencia en la materia.
Odyssey había firmado un acuerdo con Reino Unido para repartirse la carga del Sussex, de ahí la mediación de este Gobierno con el Ministerio de Miguel Ángel Moratinos para que autorizase el trabajo de la empresa cazatesoros, aprovechando las relaciones iniciadas en el marco del Foro Tripartito.
En mayo de 2007, la empresa Odyssey anuncia el hallazgo en aguas internacionales de un botín de 17 toneladas de oro y plata encontradas junto a un pecio al que se pone el nombre en clave de Cisne Negro.
El anuncio resulta ser contraproducente para los intereses de la empresa, ya que pone a las autoridades españolas sobre la pista del cargamento, pero Odyssey necesita hacerlo público para revalorizar sus acciones. La empresa se resiste a aportar más información sobre el lugar o el nombre del pecio del que extrajo la carga, por lo que proliferan las especulaciones sobre un expolio en toda regla, ya no sólo de un barco de guerra español, sino de un pecio hundido a menos de 12 millas de nuestra costa; es decir, en aguas de jurisdicción española.
Odyssey conocía la localización de La Mercedes y mantuvo dos operaciones secretas y simultáneas, una en el Mediterráneo y otra en el Atlántico.
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